Para los pacientes diabéticos insulinodependientes es muy importante que el transporte de la insulina se realice en condiciones de temperatura adecuadas. No respetar los rangos de temperatura de la insulina puede hacer que no preserve su acción.
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¿Cuál es la temperatura ideal para la insulina?
En condiciones normales, la insulina debe ser almacenada (cuando no esté en uso, por ejemplo las plumas que tengamos abiertas y estemos utilizando) en la nevera con una temperatura entre los 4ºC y 8ºC. No es recomendable tampoco mantenerla por debajo de esa temperatura pues puede perder su acción.
Bajo ningún concepto se debe congelar la insulina, así que fíjate cuando la guardes en la nevera que no toque la placa (por supuesto tampoco la guardes en el congelador, aunque sea un rato).
La temperatura de la pluma de insulina que tengas en uso, no debe superar nunca los 30ºC, así que ten especial cuidado en los viajes, con olvidarla en el coche o al ir a la playa por ejemplo. Tampoco la dejes cerca de calefactores y por lo general evita dejarla expuesta al sol. Si ha estado a una temperatura ambiente superior, lo ideal es que deseches esa insulina y utilices una nueva.
¿Cómo mantengo mi insulina fresca en situaciones de calor?
Aunque se pueden hacer «inventos» como usar las típicas neveras de playa con agua helada (los clásicos bloques de hielo) o incluso simplemente envolverla con un paño húmedo, te recomiendo que dispongas de una cartera de frío (también llamadas enfriadoras de insulina o bolsas isotérmicas ) para mantener la insulina fresca.
Dichas carteras de frío son por lo general ligeras y permiten almacenar tus plumas de insulina de manera segura donde varias horas.
Consejos al transportar insulina de viaje
A continuación te daré unos cuantos consejos que te pueden ir bien a la hora de llevar contigo tu insulina:
- Si coges un avión no factures la insulina. No se puede garantizar que mantendrá una temperatura ideal en el compartimento de carga ni en el transporte hasta el avión, y como todo equipaje puede sufrir golpes o extravíos que te pueden ocasionar un problema. Mejor siempre que la lleves contigo en tu equipaje de mano (tanto la insulina, como el resto de materiales o medicación que precises para el control de tu diabetes: agujas, bomba, glucagón, lancetas, etc. etc.)
- Si viajas en coche y haces una parada larga, sobretodo en verano, saca la insulina del coche. En el interior de un vehículo se pueden alcanzar los 55ºC a pleno sol en verano, a pesar de usar carteras de frío, lo mejor es que saques al menos la insulina del coche.
- Es muy recomendable que lleves un informe de tu médico indicando que tienes diabetes (mejor si además está en inglés). Personalmente nunca he tenido problemas en los controles de seguridad de los aeropuertos.
- Lleva más insulina de la que te hará falta. Se precavido, tenlo todo planeado por si se pierde un boli o se estropea alguno.
- No uses la insulina si notas algo inusual en ella. Cambios de color, presencia de grumos o grandes burbujas pueden ser indicadores de que no esté en condiciones aptas para ser usada.
- Vuelve a meter la insulina que no estés usando en la nevera cuando llegues a tu destino.